Si un logotipo no representa a una empresa, filosofía o un rasgo personal de quien lo contrata, considero que no está conseguida una buena imagen corporativa.
En la parte de investigación, las posibles familias tipográficas que surgían, no tenían nada que ver con el yoga tibetano y menos con esta caligrafía ancestral, por lo que era más que difícil trasmitir lo que el cliente quería.
La solución que encontré fue sumergiéndome muy a fondo en esta cultura y estudiar como surgen y se comportan sus letras.
Importante el ritmo de la escritura y el significado de sus matices tan peculiares a nuestros ojos europeos.
Las reglas para su ejecución (o así lo percibí) son como las que debes tener en cuenta para realizar la tipografía estilo gótica a pluma.
Con mucha paciencia y no pocos ajustes, el resultado fue una tipografía tibetana pero europeizada para su legibilidad europea.
Con la imagen ya creada, sus aplicaciones fueron concienzudamente estudiadas para llegar a un trabajo coherente en su línea.
Sobra decir que al cliente le encantó y su utilización en los diferentes formatos que se desarrollaron a posteriori dan la personalidad que buscaba cuando me dió las directrices.
Roll up de bienvenida para el centro de yoga tibetano.