Las ideas que más cuestan no siempre son las de grandes infraestructuras e interminables recursos.
Algunas sencillas, pero innegablemente potentes, merecen ser bien reconocidas.
Sólo hizo falta una barra de plastilina y un sutil paso por corrección de color, para dejar claro en página de prensa especializada, que la manga pastelera de Copesco era la opción que le ahorraría mucho tiempo en sus creaciones.
Así de fácil.